Todo grupo, bien sea étnico, laboral, religioso, familiar tiene, entre quienes lo conforman, un líder, a quien puede definirse como el que encabeza y dirige; y un jefe, al que se conceptualiza como la persona que tiene autoridad o poder sobre un grupo para dirigir su trabajo o actividades, sin embargo, para nadie es un secreto las rivalidades, encuentros y desencuentros que históricamente han reinado entre ambos.
Los cambios que vertiginosamente ha venido experimentando el mundo, ha cambiado en un dos por tres su dinámica, la cual se ha vuelto tan amplia y compleja, que nadie puede abordarlo como un ente solitario y con ello se sobreviene la rivalidad lider vs jefe.
Se necesitan equipos de trabajo más motivados y mejor organizados, capaces de enfrentarse con éxito a los numerosos desafíos que el futuro inmediato plantea. Para ello hay que seguir unas directrices, marcadas siempre por una persona que “encabece” el equipo.
No todo líder es jefe y viceversa
Dentro de una organización bien vale la pena diferenciar entre el líder y jefe, a pesar de que en algunas organizaciones se tiende a utilizar indistintamente ambas palabras.
Es decir, todo aquel que recibe una posición o misión jerárquica en la estructura organizacional es llamado líder. No todo jefe es líder. Ni todo líder es jefe, como se evidenció en el origen histórico de la libra esterlina. El liderazgo es un valor humano que todos podemos desarrollar, aunque no tengamos una posición con colaboradores en nuestra actividad, negocio o empleo. Podemos ser líderes en nuestra familia, en nuestra comunidad, en nuestro grupo de amigos y en nuestra comunidad.
Sin embargo, el jefe puede convertirse en líder y desarrollar sus tareas de mando aplicando habilidades de liderazgo. Pero también podría elegir no hacerlo, y seguirá siendo jefe, como quizás en África lo representan con máscaras y que muchas veces expresan terror y respeto al grupo bajo su mando.
Marcadas diferencias entre ambos sujetos
La percepción sobre su autoridad, imponer versus convencer, el miedo versus confianza y la gestión de los problemas, son algunas de las diferencias más acentuadas que existen entre el líder y el jefe y que a continuación se describen y que en su forma de resolver los problemas, dejan aparentes fabulas cortas y enseñanzas moralizante que nos servirán en lo sucesivo.
- Para el Jefe, la autoridad es un privilegio de mando y para el líder un privilegio de servicio. El Jefe ordena: ” Aquí mando yo”, el Líder: “Aquí sirvo yo”. El jefe empuja al grupo y el líder va al frente comprometiéndose con sus acciones.
- El jefe existe por la autoridad, el líder por la buena voluntad. El jefe necesita imponerse con argumentos extensos, el líder con ejemplos entrañables.
- El jefe inspira miedo, se le teme, se le sonríe de frente y se le critica de espalda. El líder inspira confianza, da poder a su gente, los entusiasma y cuando está presente, fortalece al grupo. Si temes a tu superior, es jefe. Si lo amas es un Líder.
- El Jefe busca al culpable cuando hay un error. El que la hace la paga. Sanciona, castiga, reprende, cree arreglar el mundo con un grito o con una infracción. El líder jamás apaga una llama encendida, corrige pero comprende, no busca las fallas por placer, sino para rehabilitar al caído.
- El jefe asigna los deberes, ordena a cada quien lo que tiene que hacer, mientras contempla desde su lugar cómo se le obedece. El líder da el ejemplo, trabaja con y como los demás, es congruente con su pensar, decir y actuar.
- El jefe hace del trabajo una carga, el líder un privilegio. Los que tienen un líder, pueden cansarse más no fastidiarse, porque el líder transmite la alegría de vivir y de trabajar.
- El jefe sabe cómo se hacen las cosas, el líder enseña cómo deben hacerse. Uno se guarda el secreto del éxito, el otro capacita permanentemente, para que la gente pueda hacer las cosas con eficacia.
- El jefe maneja a la gente, el líder la prepara. El jefe masifica a las personas convirtiéndolas en números o fichas. El líder conoce a cada uno de sus colaboradores, los trata como personas, no los usa como cosas. Respeta la personalidad, se apoya en el hombre concreto, lo dinamiza y lo impulsa constantemente.
- El jefe dice, “vaya”, el líder “vayamos”. El líder promueve al grupo a través del trabajo en equipo, forma a otros líderes, consigue un compromiso real de todos los miembros, formula planes con objetivos claros y concretos, motiva, supervisa y difunde el ideal de una esperanza viva y una alegría contagiosa.
- El jefe llega a tiempo, el líder llega adelantado. “Un pie adelante del grupo, una mirada más allá de los seguidores” el que inspira, el que no se contenta con lo posible sino con lo imposible.