Uno de los más grandes exponentes de la filosofía fue Tales de Mileto, quien nació en la propia ciudad de Mileto en el año 624 antes de Cristo y falleció en el año 546 antes de Cristo. Siempre se le ha considerado como uno de los sietes sabios de Grecia, siendo, en compañía de Solón, uno de los más citados en múltiples listas donde se le agrupa.
Pero en realidad, ¿quién fue Tales de Mileto? La respuesta ante tal interrogante y muchas otras esperemos que las encuentres en las siguientes líneas. Vamos a ello.
La vida de Tales de Mileto
Las mismas referencias sobre su vida son algo confusas y hasta un poco contradictorias. En lo que respecta a su mismo origen, por ejemplo, hay quienes consideran que sus raíces son fenicias, a pesar de que luego se haya hecho ciudadano de Mileto. Mientras que otros son quienes lo personifican como un ciudadano natural de Mileto y que además, poseía sangre noble.
Algunos afirman que incluso estuvo casado y que de tal unión se tuvo como fruto un hijo, aunque hay otros que han afirmado que se mantuvo soltero, pero adoptó un hijo de quien fuera su hermano.
Sobre esta anécdota de Tales, Diógenes Laercio dice: “se cuenta también que, apretándole su madre a que se casara, respondió que aún era muy temprano, y que pasados los años y ante su madre ya urgida, dijo que ya era demasiado tarde”.
Esta misma incertidumbre llega a rodear muchos de los demás aspectos de la vida de este filósofo griego. Muchos son los que dicen que incluso viajó por todo Egipto, un lugar en el que aprendió geometría, y donde pudo medir la altura que tenían las pirámides gracias a su sombra. Siempre se le tomó por geómetra y astrónomo práctico, al punto de que se le atribuyen descubrimientos matemáticos como los teoremas de su mismo nombre.
Probablemente, una de las referencias más exactas referentes a su vida sea la predicción de un eclipse en el 585 antes de Cristo, un acto que le hizo poseedor de gran popularidad y renombre.
¿Por qué se regía su pensamiento?
En cuanto a sus obras, algunas personas y especialistas en la materia han llegado a afirmar que en ningún momento escribió nada, aunque otros consideran que tiene muchas obras de su autoría, sobre la que destacan la “Astrología náutica”.
En lo que respecta a su cosmología, Tales de Mileto llegó a afirmar, según referencias de aquel momento, que el planeta se encontraba sobre el agua y flotaba como si se tratara de un disco. Ante ello se le atribuye aquella afirmación de “todo es agua”, misma que se ha interpretado como si esta es el elemento originario de la realidad y equilibrio de todo.
¿De dónde proviene este planteamiento? Hay personas que afirman que Tales de Mileto tomó parte de esto gracias a la mitología oriental, aunque la mayoría lo tiende a atribuir por el efecto experimental. Esta deriva de la experiencia de lo húmedo y de lo importante que es la humedad en el desarrollo de la vida, así como también ocurre con la evaporación del agua permitiendo que un elemento se convierta en otro.
En cualquiera de los casos, él fue quien primeramente planteó la cuestión de la naturaleza última del planeta, llegando a concebir las cosas como elementos cambiantes de un primer y único elemento conocido como agua.
La popular escuela de Mileto
La continuidad de las reflexiones filosóficas que proponía Tales por medio de Anaxímenes y Anaximandro dieron lugar a que se les agrupara en la popular “Escuela de Mileto”. Algunas de las principales características que se podrían mencionar sobre esta son las siguientes:
- Los milesios, también conocidos como “físicos”, estaban preocupados por determinar un principio último, la naturaleza última de lo que conocemos como realidad, planteándose así el problema de la unidad encontrada en la diversidad.
- Esta primera causa de lo real debe ser eterna y bajo un carácter material, siendo así que en ellos no se concebía la idea de “creación” o de un comienzo absoluto.
- La explicación de esta escuela es de carácter racional. En la misma se reclama la homogeneidad entre la causa y el efecto, así como también se rechaza el recurso hacia lo mágico y lo plenamente contradictorio.
- Existe alguna clase de ley que regula la operatividad del funcionamiento y se puede encontrar a través de la razón. El planteamiento de ley remite, en el presente caso, hacia un principio de unidad de lo real.
- El último punto dicta que no existe una clara distinción entre la ciencia y la filosofía al comprenderse ambos términos en el sentido actual.