
Al hablar de la naturaleza del ser humano, cómo es en realidad y cómo puede mejorar para lograr niveles espirituales superiores que le ayuden a vivir de forma más armoniosa y equilibrada, la Metafísica se hace presente para dar respuesta.
Siendo una rama de la filosofía, la metafísica centra sus estudios, teorías, acciones y prácticas en el ser humano, su naturaleza y la totalidad de lo que este significa, estudiando de forma objetiva todo lo que hay, su estado y comportamiento.
Lo inerte y la incertidumbre, bases de la metafísica
Lo bueno o lo malo puede existir en la misma persona, objeto o situación y todo es inerte: las ideas, los pensamientos, la moralidad y lo ficticio. En la metafísica la atención se dirige particularmente a la naturaleza de los objetos y a sus propiedades, considerando tanto lo conocido y comprobado, como lo desconocido y planteado hipotéticamente.
Es una premisa de la metafísica que cada persona, objeto, pensamiento o situación tiene un aspecto conocido y otro desconocido, por lo que lo inerte y la incertidumbre están presentes en todo cuanto existe, e incluso en lo que no se conoce su existencia.
Un estudio multidisciplinario que va más allá de la curiosidad
Para responder las interrogantes filosóficas respecto al ser humano, el por qué de sus acciones, conductas y comportamientos, la metafísica actúa involucrando distintos puntos de vista que consideran múltiples disciplinas.
La metafísica es un campo amplio de estudio, se apoya en la psicología, la sociología, la filosofía, así como en las ciencias básicas y aplicadas, haciendo necesario la realización estudios especializados a través de cursos de metafísica, y adquirir las herramientas indispensables para su correcta práctica.
Estudiar metafísica requiere accionar el deseo de investigar y conocer desde la lógica todo sobre el ser humano en las distintas áreas y campos, aprender los conceptos metafísicos básicos, comprenderlos más allá de la simplicidad de resolver problemas, desde la necesidad de solucionarlos para vivir mejor entendiendo los patrones que existen en el universo.
Funciona dando especial atención a la diferenciación de lo evidente entre lo oculto y lo abstracto entre lo concreto, asumiendo que no todo es cuantificable, visible, tangible o definible, la existencia de todo en un tiempo y espacio en particular distinto.
Una práctica personal y profesional
Al estudiar metafísica se busca adquirir el mayor número de competencias, para no solo hacer de ella una filosofía de vida, sino una herramienta profesional para la ayuda a terceros. La metafísica es algo que se debe además de comprender, asumir y desarrollarse de forma teórica, pero también vivencial desde su práctica real en todas la situaciones que se experimenten.
Al conocer los conceptos que fundamentan el desarrollo de la metafísica es más sencillo entender cómo interactúan las personas con el mundo y los resultados de esta interacción haciendo ejercicio del libre albedrío, destacando especialmente que se tienen consecuencias y responsabilidades por cada acción que se comete y cada decisión que se toma.
La metafísica debe ser una práctica real hasta en los mínimos sucesos cotidianos, convirtiendo las competencias adquiridas a través de la investigación y la formación de conocimientos, en acciones efectivas y reales.
De lo práctico a lo trascendental, sin apartar la religión
La práctica de la metafísica deja ver una realidad que trasciende a lo convencional. Los metafísicos están altamente sensibilizados con el entorno que los rodea, incluyendo en él a las personas con las que coexisten, los objetos, la naturaleza y la interacción entre todo..
La elevada capacidad de establecer la comprensión sociológica y filosófica como modo de entendimiento de lo que pasa, sus causas y consecuencias, persiguen cambios positivos a nivel personal, profesional, social y espiritual.
La metafísica basa sus estudios en la existencia del ser humano y su creación, en cómo las religiones establecen un vínculo místico, sobrenatural y sagrado con ambos, dejando destacar el libre albedrío como factor trascendental para entender lo que sucede, por qué y sus consecuencias.
Es un práctica libre que exige conocimiento real de sus fundamentos, dando la posibilidad de elegir de acuerdo a los principios éticos y morales personales lo que se desea hacer, sin dejar de considerar el presente y el pasado, pero apostando a los cambios en el futuro y evitando caer en determinismos y absolutismos de criterios e influencias.
Practicar la metafísica de forma personal y/o profesional amerita compromiso, profundización en sus bases, pero sobre todo aprender a ver más allá de lo notable y creer que todo merece la oportunidad de cambiar para mejorar.