Todos conocemos la miel, ese manjar dulce que nos ofrece la naturaleza y con el que gran parte de la población queda encantada, día tras día. Sin embargo, además de su delicioso sabor y sus usos culinarios, la miel también posee diferentes propiedades que la convierten en un remedio casero espectacular.
La miel es un néctar producido por las abejas que, además de endulzar la vida a una gran cantidad de personas, ha sido apreciada a lo largo de la historia por sus extraordinarias propiedades medicinales.
La tradición de hacer remedios con miel de abeja viene desde las antiguas civilizaciones, como los egipcios y los griegos, quienes la consideraban como un elixir divino y curativo.
Los historiadores han determinado, gracias a los textos históricos, que en esas épocas la miel se usaba para tratar diversas dolencias, como heridas o problemas digestivos.
Por otro lado, en la medicina tradicional china este néctar se ha venido utilizando desde hace siglos para tratar distintas afecciones y equilibrar las energías en el cuerpo.
En la actualidad, el uso de la miel como remedio se ha extendido aún más, respaldada por la ciencia, la medicina moderna y los efectivos tratamientos alternativos en los que se utiliza.
Propiedades medicinales de la miel
Más allá de su dulce y delicioso sabor, la miel cuenta con ciertas propiedades que la convierten en un componente extremadamente valioso en la medicina alternativa y los remedios caseros.
Entre sus componentes podemos encontrar peróxido de hidrógeno y flavonoides, que le confieren capacidades antibacterianas y desinfectantes. Debido a esto, la miel es ampliamente utilizada en las heridas para evitar que se infecten, al mismo tiempo que ayuda a cicatrizarlas.
De esta forma, al usarse como tópico, la miel crea un ambiente desfavorable para el crecimiento bacteriano mientras que promueve la regeneración celular y reduce la inflamación.
Este delicioso néctar, usualmente combinado con otros ingredientes como jugo de limón, también ha demostrado ser un remedio casero eficaz contra la tos y la irritación de la garganta, aumentando así su popularidad durante las temporadas de gripe y resfriados.
Otro de los usos comunes para la miel es el de protector digestivo, ya que ayuda a eliminar toxinas y a mejorar la digestión del cuerpo.
Para aquellos que busquen bajar de peso, la miel es un componente que no puede faltar en su dieta. Además de ser una alternativa mucho más saludable que la azúcar, este manjar ayuda a calmar la ansiedad y sensación de hambre, convirtiéndola en un ingrediente fundamental.
Más allá de eso, la miel de abeja también contiene diferentes enzimas, aminoácidos y otras proteínas esenciales en el crecimiento del cuerpo humano y para la creación y regeneración de tejidos.
Elige la mejor miel para óptimos resultados
Si bien todos los tipos de miel contienen propiedades medicinales para tus remedios caseros, es importante tener en cuenta la calidad del producto para aprovechar al máximo sus beneficios.
Al buscar la miel que usarás, siempre es mejor decantarse por la miel cruda y sin procesar que puedas encontrar, pues estas son las que aún conservan todas sus propiedades naturales.
Para una elección aún más saludable, busca miel orgánica. Este tipo de miel proviene directamente de la colmena de las abejas y se producen sin utilizar ningún tipo de productos químicos como insecticidas o pesticidas que pueden ser dañinos para nuestra salud.
Busca certificaciones orgánicas para asegurarte que la miel que estás comprando no contenga residuos de estos productos y sea 100% orgánica.
La miel de alta calidad suele cristalizarse con el tiempo, proceso que no afecta en nada sus propiedades curativas o medicinales. De hecho, muchas personas prefieren la miel cristalizada debido a su consistencia espesa.
También debes tener en cuenta el origen de la miel, pues algunas mieles extraídas de ciertos lugares específicos pueden tener propiedades y componentes únicos. Si prestas atención a todos estos detalles, podrás aprovechar al máximo las propiedades curativas de la miel y hacer tus remedios caseros sin dificultades.