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Filosofia Hoy

Jacques Derrida «Nunca he aprendido a vivir»

febrero 9, 2018
■ Padre de la Deconstrucción, su teoría sobre el lenguaje pone en entredicho la tradicional interpretación del pensamiento occidental, lo que le hizo ganar muchos enemigos. ■ Muy activo política y socialmente, su obra y su vida son inseparables.

Ciudadano francés nacido en Argelia (El-Biar 1930- París 2004), Jacques Derrida es uno de los pensadores contemporáneos más influyentes y polémicos del siglo XX. Quiso “dejar huella en la historia de la lengua francesa”.

■ La clave de su pensamiento es el movimiento llamado Deconstrucción. A través de ella, Derrida intenta mostrar que el lenguaje está mudando constantemente, al tiempo que arroja serias dudas sobre la habilidad que posee este para representar la realidad en una forma precisa y objetiva.

■ Toda su filosofía está marcada por una fuerte crítica al sistema social imperante y por una clara posición política. Analizó todos los temas cruciales que están cambiando al mundo, así como la incidencia de estos en la ética o en la política.

■ Hijo de judíos y nacido en un suburbio argelino, sufrió la represión del Gobierno de Vichy y en 1942 le expulsaron del instituto por motivos racistas, lo que significó un trauma que, paradójicamente, le ayudó en la construcción de todo su pensamiento. “Lo doloroso ha sido al tiempo una especie de suerte, me ha aportado una cierta exterioridad con relación a la tradición francesa y europea, y ha dejado huella en mi trabajo”.

■ En su juventud soñaba con convertirse en futbolista profesional, un deseo que cambió por la lectura. Aficionándose desde entonces a clásicos como Camus, Artaud, Paul Valéry, Rousseau, Nietzsche y Gide.

■ Sus clases de literatura en París (en la Escuela Superior, en 1952)  le acercaron a Kierkegaard, Heidegger y Althusser. Este último era su tutor y con él mantuvo una relación de amistad y mutuo afecto. Althusser dijo que Derrida era un “gigante de la filosofía francesa”.

■ En 1960 inició su carrera como profesor de filosofía en la Sorbona. En mayo de 1968 fue uno de los pensadores que apoyó a los estudiantes, aunque lo hizo con ciertas reservas. También manifestó su oposición a la Guerra de Vietnam y a partir de ahí se implicó más en política.

■ Siempre comprometido y directo en la denuncia de abusos y discriminaciones, en 1981 fundó la asociación Jan Hus para ayudar a los intelectuales checos disidentes. Ese mismo año fue encarcelado en Praga tras un seminario clandestino de Filosofía. Le metieron droga en su maleta y le acusaron de tráfico. Mitterrand y una protesta organizada de intelectuales consiguieron liberarlo.

■ De ideas progresistas, en 1995 apoyó al candidato socialista francés Lionel Jospin. También participó en las actividades culturales a favor de Nelson Mandela desde 1983.  En USA protestó contra la pena de muerte y participó en la campaña para liberar al periodista negro estadounidense condenado a muerte Mumia Abu-Jamal. También se opuso a la invasión a Irak en el 2003. “Es muy fácil saber dónde están mis elecciones y mis solidaridades, sin la menor ambigüedad”.

■ Consiguió lealtades inquebrantables y enemigos declarados. En 1992 una veintena de filósofos firmó una carta con la intención de que no se le concediera el honoris causa por Cambridge. No lo consiguieron. Chomsky fue uno de los que más le criticaron.

■ A pesar de ser el filósofo del lenguaje, fueron dos películas las que permitieron de manera muy eficaz que se extendiera su pensamiento: Derrida, por Amy Kofman y Kirby Dick, y D’ailleurs Derrida, de Safaa Fathy.

■ Su pensamiento de deconstrucción exigía la relectura de las obras de los grandes filósofos. Según él, las intenciones de los autores en el discurso no pueden ser incondicionalmente aceptadas. Lo que pretende es detener nuestra pre-comprensión o pre-entendimiento de lo que significa la humanidad para ir más allá del pensamiento occidental, que está caracterizado por un imperialismo y un etnocentrismo histórico. Esto le atrajo muchos y potentes enemigos.

■ El pensamiento de Derrida es considerado a veces por los críticos como destructivo de la filosofía. “La deconstrucción es una empresa que muchos consideran, justamente, como un gesto de desconfianza respecto a todo eurocentrismo”.

■ Su trabajo como autor está caracterizado tanto por la complejidad de su lectura como por su fecundidad, pues escribió alrededor de 80 obras. En sus textos, Derrida aborda temas que van desde la ética hasta la religión, pasando por la política, el lenguaje y el psicoanálisis.

■ En sus obras más abiertamente políticas, como Espectros de Marx (1993) o Políticas de la amistad (1994), destaca la crítica sistemática de la noción de soberanía y la idea de que la democracia por venir, más allá de los límites del Estado-nación, requiere otras categorías, como las del don, el perdón, y el respeto de la vida en todas sus manifestaciones.

■ En la última entrevista que concedió confesó: “Nunca he aprendido a vivir. Aprender a vivir debería significar aprender a morir, a tener en cuenta, para aceptarla, la mortalidad absoluta (sin salutación, ni resurrección, ni redención). Después de Platón, se trata de la gran interpretación filosófica: filosofar es aprender a morir”.

■ En sus últimos días reconoció: “Estoy en guerra conmigo mismo, digo cosas contradictorias, que están, digamos, en tensión real, que me construyen, me hacen vivir y me harán morir”. ❖ Begoña Piña